Hace unas semanas mi Wii dejó de funcionar. De repente fui a encenderla y no respondía. Probé a enchufarla y desenchufarla varias veces y seguía sin funcionar. La dejé varios días y volví a probar sin obtener respuesta, y así sucesivamente casi una vez por semana.
Resignado consideré que se había estropeado definitivamente y esperé un buen momento para arreglarla. Probé la última vez hace un par de días y seguía igual, así que busqué su caja y la dejé preparada por si la llevaba a reparar.
Hoy, cuando llegué a casa se había ido la luz. Como se suele decir había saltado el automático. Procedí a levantar el interruptor que había interrumpido el suministro eléctrico y me vine a la sala de ordenadores a comprobar que todo estaba en orden.
Luego fui al salón a cenar y al abandonarlo, al apagar las luces, vi que desde la izquierda de la televisión me saludaba timidamente un piloto (led) naranja. La Wii había resucitado. He probado a encederla y apagarla y funciona perfectamente.
A veces, no siempre, es posible que las cosas se arreglen con el tiempo y un apagón. Al volver la luz espero encontrar siempre un led naranja, un pequeño y tímido gesto, que me indique que todo vuelve a su cauce.
Resignado consideré que se había estropeado definitivamente y esperé un buen momento para arreglarla. Probé la última vez hace un par de días y seguía igual, así que busqué su caja y la dejé preparada por si la llevaba a reparar.
Hoy, cuando llegué a casa se había ido la luz. Como se suele decir había saltado el automático. Procedí a levantar el interruptor que había interrumpido el suministro eléctrico y me vine a la sala de ordenadores a comprobar que todo estaba en orden.
Luego fui al salón a cenar y al abandonarlo, al apagar las luces, vi que desde la izquierda de la televisión me saludaba timidamente un piloto (led) naranja. La Wii había resucitado. He probado a encederla y apagarla y funciona perfectamente.
A veces, no siempre, es posible que las cosas se arreglen con el tiempo y un apagón. Al volver la luz espero encontrar siempre un led naranja, un pequeño y tímido gesto, que me indique que todo vuelve a su cauce.