Naciste silvestre
como las margaritas de tus fotos
como la flor que nunca,
acabaste de pintar.
Creciste libre,
como las plantas,
que con tanta delicadeza cuidas,
y esos pequeños insectos
que vuelan hasta tus dedos
para sentirte respirar.
Maduraste sativa,
como la flor de la cereza,
como la raíz del almendro,
como la blanca orquídea
que espera tu mirada
para poder despertar.
Vives alodial,
sin saber sin embargo
que me tienes cautivo.
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