Han roto las olas del mar
en tus labios caracola y sólo escucho silencios.
Han renunciado a tañer su lira
los ángeles de tu voz, y sólo escucho silencios.
Ha expirado el ánima de tu suspiro
que ululaba en mi ventana, y sólo escucho silencios.
Ha amainado la montaraz brisa de tu susurro
que armonizaba mis sueños, y sólo escucho silencios.
Ha cesado tu canción y tu silencio me abruma.
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