¿Te acuerdas de aquel sur en el rojo verano?
Entré en la breve noche para gozar tu huerto:
rincón de madreselva,
dos pequeños naranjos,
y aquel jazmín tan negro de tanto olor, rodando
la falda del ciprés que sube al cielo.
Bañó el árbol la luna, y se mojó mi boca.
Y qué cansados luego las aguas y las rosas,
el ciprés, los naranjos, el ladrón de aquel huerto.
Y todo fue furtivo:
el alba, luego el sueño.
Francisco Brines
1 comentario:
Un lujo leerteamigo, como siempre.
Un enamorado eterno!
Eres un sol!!
buen fin de semana. te dejo un abrazo yme llevo dos caramelos!!jaaaaaaaaaa
tu amiga argentina golosa!!
dicen que es la falta de afecto!!
jaaaaaaaaaaaaaaaaaa gracias por estar!!
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