Este año los reyes tenían prisa. Preveían el frío que iba a hacer estas navidades y se acercaron en agosto. Trajeron una sonrisa y unos ojos grandes y expresivos. Trajeron ilusión y cariño en grandes cajas, que apenas podían sostener los camellos, y un motivo para ser feliz. Este año no seguían una estrella, si no a la luna, que reflejada en dos enormes ojos cantaba una nana. Este año cruzaré los dedos, para que vuelvan a ser tan generosos.
2 comentarios:
Juan Carlos, que preciosidad de niño, sus ojos son más grandes que el.
Enhorabuena y a ejercer de tio, que también es una buena tarea.
Un besito y ya aprovecho para desearte una feliz Navidad y un prospero Año nuevo.
Si son tan generosos cada año, no vas a poder atender a tanto sobrino. Digo yo.
Hace mucho que no nos vemos. Un abrazo y feliz Navidad.
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