jueves, 13 de agosto de 2009

Inventando

El otro día Jose, el quinto hermano en la amistad, la poesía, la música y, por supuesto, el corazón, escribía en su locura ordinaria un inventario de inventos necesarios que yo completaba con algunos de los que se me ocurrían sobre la marcha. No quiero plagiarle, pero si traerme hasta mi caverna los que dejé en su blog, para compartirlos también con vosotros. Aunque casi todos de mis asiduos lo sois antes de sus letras.

Hoy que, quizás sin razón, me siento triste, abatido y un tanto melancólico. Hoy que mis ojos añoran unos ojos a los que mirar de frente, que mis dedos olvidan en su desmemoria las vías que inventaron para dibujar su suerte, que mis labios se agrietan como arena de desierto, que mis noches acaban de noche y mis días empiezan sin sueño,... Hoy... tengo que inventar:

El despertador de noches en vela.
El pañuelo de lágrimas secas.
El erizador de pieles sin caricias.
El abrazador de hombros desnudos de afecto.
El iris de ojos ausentes.
El besador de labios resecos.


El aplaudidor de conciertos vacíos.
El observador de noches nubladas
El protector del sol de invierno
El abono de corazones en barbecho
El calzado para pies sin camino
El reposo del guerrero sin batalla.

El consuelo del amor no correspondido....


1 comentario:

Nerina Thomas dijo...

Maravilloso lo tuyo. Inventando, para construir y eso es lo válido. un mimo al alma!!