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martes, 4 de mayo de 2010

Felicidades "Escúchame"

El pasado jueves el programa "Escúchame!" de Canal Extremadura Televisión recibía en Plasencia el premio a la excelencia sanitaria por saber reflejar cada semana el trabajo y la vida diaria de las personas con discapacidad.



Hoy recibimos la grata noticia de que han sido nominados a los premios de la Academia de las ciencias y las artes de televisión que se fallarán el próximo jueves.

Esta nominación como finalistas de estos premios, la primera que recibe un programa de Canal Extremadura en su historia, reconoce el extraordinario trabajo realizado por un grupo de personas que no sólo creen en su profesión, y hacen de ella un modo de vida, sino que también creen en las personas y así lo ponen de manifiesto cada semana destacando, con absoluta sensibilidad, los aspectos más reseñables de un colectivo, el de las personas con discapacidad, que pueden demostrar a través de oportunidades como la que ellos les brindan que son más capaces que nosotros.

Ser finalista de estos galardones es sin duda un premio por el que sentirse orgullosos, sea cual sea el ganador final, pues con este reconocimiento se premia a todos aquellos que cada día superan barreras antes infranqueables con tesón, constancia, esfuerzo e ilusión.

Felicidades a todo el equipo de Escúchame! y a sus protagonistas.

viernes, 30 de abril de 2010

Valientes

Creo recordar que se llamaba Ahmed. No estoy seguro, quizás nunca presté tanta atención a su nombre como a sus palabras, aunque fuera lo único que no le quisiera discutir. Era el padre de Mah, un saharaui desvergonzado de 10 años que seguramente hoy, con la mayoría de edad cumplida, esté por Extremadura en una familia acomodada, no sé si más o menos presente de las penurias vividas en el desierto.

Ahmed era delgado, rozando lo enclenque. De rostro anacrónico, escarpado de trazos subrayados. Dijérase que podía esconderse detrás de su kalasnnikov, un viejo rifle de empuñadura de madera con el que incluso dormía.



De su boca, rodeadas del humo de un cigarro sempiterno, brotaban palabras de odio e ilusión que hablaban de una guerra por ganar y de mil batallas perdidas. Aferraba su viejo fusil con fuerza y prometía volver un día a la tierra de la que fue expulsado, sobre una alfombra de sangre traicionera.

Intenté disuadirle sin éxito en aquellas noches de largas conversaciones en que se enfrentaban razón e ilusión. Yo, del lado de mi lógica, él desde su fe.

Su guerra apenas consistía en robar, de cuando en cuando, un cetme o, con muchísima suerte un vehículo, al bando marroquí. Mi paz consitía en sumar tés esperando que el mundo ,que durante años les dio la espalda, girara su cabeza para ver, y solucionar, tal injusticia. No nos pudimos convencer pues ninguno de los dos nos hubiésemos dejado, pero los dos eramos conscientes de que en caso contrario defenderiamos las mismas posturas que ahora criticábamos.

Ahmed seguirá luchando, posiblemente, si las fuerzas no le han fallado y si su débil corazón de guerrillero sigue latiendo. Mañana se levantará a las 7, y con su kalashnikov acudirá, como cada día de los últimos 11.000 (o más), a la frontera con Marruecos, y en su árida haima habrá fiesta si robaron, acaso munición.

Ahmed era un valiente, aunque su razón, que no es distinta que la mía, también le explicaba cada mañana que la guerra estaba perdida, seguía luchando por mantener vivo el sueño de volver un día a su tierra.

Las luchas personales no entienden de la fuerza del rival, tan sólo de que rendirse puede ser dejar de soñar.

A mi amigo Alberto.

martes, 20 de abril de 2010

Desorden

A veces mi caminar errático parece el ebrio andar sin rumbo del moribundo, el denodado navegar contracorriente de un barco de cáscara de nuez ante la ira de Eolo, o la vertiginosa caída de Ícaro abrasado por la cera que el sol fundió en su espalda. Pero en sus indecisos pasos avanza, torpemente, aprendiendo del futuro que imagina más que del pasado que intenta aleccionarle con ideas preconcebidas.

Avanza con la satisfacción de que cada paso, acertado o fallido, lo dio con la libertad de querer caminar, no de tenerlo que hacer, con la ilusión de buscar mi destino, no el destino.

Pero en ese angosto camino sé que estás ahí y sé que me intuyes; que aunque mis huellas se salgan del camino de baldosas amarillas que te gustaría que siguiese, para dejar restos de barro en su delicada porcelana que otros vendriais a limpiar, mis pasos siguen marcando un sendero que discurre sinuoso entre la felicidad de sentirme único y la desolación de sentirme solo.

En realidad no estoy lejos sino al lado, en el arcén pedregoso por el que mis pies caminan con mayor facilidad, lejos del vertiginoso ritmo que quiere marcar tu autopista. Apartado de las ráfagas de aire que me impulsan a la cuneta al adelantarme por la vía rápida, pero también lejos de las caravanas del domingo familiar de filetes empanados y tortilla. Por eso avanzo, y llego, y cuando buscas a tu lado sigo ahí porque nunca me fui, sólo tracé mi itinerario al margen de convencionalidades para evitar crear atascos, para impedir que mi deambular dubitativo entorpeciese el viaje a quienes queríais correr más o distinto.

A lo mejor en ocasiones olvidé señalizar mi maniobra o, al contrario, dejé tanto tiempo puesto el intermitente que pensasteis que olvidé apagarlo. No importa, me encontrarás en el siguiente apeadero, con mi cesta de mimbre abierta para seguir compartiendo su contenido. La encontrarás desordenada, pero siempre podrás comer de ella, aunque sea el postre antes que la sopa.

martes, 13 de abril de 2010

Yo casé a Alberto y Rafa

Hoy, gracias al blog del amigo Ricardo, me encuentro esta noticia en la prensa Nicaragüense y me siento orgulloso de haber participado activamente en el enlace de Alberto y Rafa.

Gracias a los dos por permitirme en su momento ser una minúscula parte de la lucha por las libertades de las personas.

http://www.laprensa.com.ni/2010/04/11/nacionales/21463

domingo, 27 de septiembre de 2009

De garulla

Hace algo más de 2 años comencé una serie de cuentos autobiográficos, dedicados a mi infancia, que se centraban, sobre todo, en mi etapa en Galicia. Luego se complementó con alguno extraído de mis primeros años en Briviesca y, con un pequeño salto, llegué a mi juventud en Ceuta. Hoy, hablando con mi amigo Roberto, he recordado un pasaje de mi infancia en Guareña que quiero recrear...

De garulla

Llegamos a Guareña en el verano del 86. Tenía por tanto 13 años recién cumplidos. Tras un año en Plasencia habíamos recogido de nuevo los bártulos y con nuestro hato de ilusiones nos dirigimos a esta localidad pacense, con la intención de alojarnos allí durante los 2 ó 3 años que durara la nueva obra a la que habían destinado a mi padre, el encauzamiento del Zujar y el Matachel.

Vivíamos en un viejo edificio del centro de la población en la calle principal. Apenas recuerdo la distribución y ornamentación de la casa, pero no puedo olvidar su suelo enmoquetado, residencia de ácaros y otras suciedades, que cada tarde nos invitaba a salir de casa para evitar el calor que despedía.

Había pocos sitios donde ir. Era el clásico pueblo de tardes sesteadas y somnolientas, con hirvientes calles vacías, que poco o nada podían ofrecer a unos niños de mi edad y la de mis hermanos, así que nos acostumbramos a acompañar a mi padre a las obras.

Cada tarde nos montábamos en una furgoneta blanca de olor a hormigón, alquitrán y masculino sudor solariego en la que acompañábamos a mi padre y resto de obreros al "tajo" que correspondiera.

Disfrutaba cada segundo con mi padre. Después de años dosificando su presencia en el goteo insufrible de fines de semana, aquellos momentos en la obra eran la recompensa a tantos días de espera. Admiraba (lo sigo haciendo) su trabajo. Idolatraba su capacidad de mando, aunque por entonces era todavía capataz, y soñaba viéndole construir puentes y carreteras tan sólo con sus manos.

Cuando había dado las instrucciones oportunas a "sus" obreros nos dedicaba el tiempo que tanto habíamos añorado mientras trabajaba en Portugal o Andorra.

La obra estaba al pie de la zona de regadío del Matachel. A su alrededor crecían uvas, sandías y melones en un mosaico multicolor que me fascinaba. Cada tarde, a hurtadillas, nos colábamos en alguno de aquellos huertos y sustraíamos alguno de aquellos frutos para después degustarlos en casa. Siempre pensé que sabían mejor porque eran parte de la complicidad con mi padre.


Mi padre nos enseñó un truco. Cada tarde buscaba una sandía determinada. Aquella que previamente el hortelano había cubierto con su jersey. Todavía no sé porque aquel buen hombre seguía haciéndolo, pero cada tarde la mejor sandía del huerto aparecía cubierta con mimo con una sudadera de lana. Nosotros cogíamos la prenda, la cambiábamos de fruto y nos llevabamos aquella que con ilusión había seleccionado el agricultor.

Así pasamos todo un verano. No sé si fue entonces cuando decidí dejar de comer fruta, porque ya no iba con mi padre a buscar la que dormía bajo un jersey de lana.


Hoy soy yo aquel hortelano. Hoy soy yo quien con mimo ha elegido la fruta más sabrosa. Quién la ha visto crecer con ilusión, quién la ha abonado, regado y cuidado. Quién le ha cantado en planta porque así crecía mejor, quien la ha arropado con su jersey de palabras, consciente de que nunca probará su sabor.

Pero mañana volveré a poner mi raída capa sobre sus hombros.

martes, 22 de septiembre de 2009

Increíble pero cierto

Hace honor a su nombre. Es lo primero que piensas cuando escuchas el disco. Puede que el sentido de su título se deba a las dificultades que ha tenido este CD para ver la luz, pero inmediatamente piensas que no, que su significado es claro. Es un disco increíble, pero cierto, por su calidad, por la magia que encierra,tan cierto como que ahora mismo figura entre los discos más vendidos del país por el Corte Inglés. El séptimo a nivel nacional y el decimosegundo entre todos los discos de todos los estilos...

Enhorabuena hermanos. Es para mi un honor poder disfrutar con vosotros de este honor, que no es más que el principio de algo que todos sabíamos. Nos vemos en los grammy Latinos.


domingo, 11 de enero de 2009

Vuelta a la normalidad

Me ha costado. Han sido tan felices estas navidades que me ha costado quitar la decoración. Quería alargarlas en el tiempo, hacerlas eternas. Pero me he dado cuenta de que no estaba en la Navidad la magia de este 2009, sino en las personas, en esas que me ayudan a ser feliz cada día.

En esos hermanos que me van a hacer tío y casamentero. En esas personas que me alegran cada día con una llamada, un mensaje, una conversación, una sonrisa, una caricia o un guiño.

En esas nuevas ilusiones que cada día merecen mis versos y mis atenciones. En esos sueños que se van realizando y en esos nuevos que van alentando a dormir, y despertar, cada día.

Por todos ellos y ellas, hoy, ya sin adornos de Navidad, soy feliz.

jueves, 8 de enero de 2009

El efecto dominó

Si ayer hablaba de las serendipias literarias hoy tengo que hablar de su efecto dominó.

El efecto dominó o de bola de nieve es aquel que, a causa de un primer movimiento desencadena en una serie de consecuencias similares que, en ocasiones, y espero que esta sea una de ellas, se vuelve prácticamente infinito hasta que todos sus elementos se han movilizado.

Ayer mostraba mi alegría por la reaparición en mi vida de alguien que me acompañó durante 9 meses en mi servicio militar y se convirtió en un hermano de aventuras, con quien viví momentos muy especiales que, aunque hoy me haya tenido que ayudar a recordar, jamás olvidaré.

El reencuentro con Juanmi no fue sin embargo el movimiento inicial de este efecto dominó.

Previamente, hace unos días, recibí un correo de otro compañero de batallas, Galán Cordero, que fue quien inició esta cadena de sucesos que hoy ha visto mover un tercer engranaje.

Fue Galán, otra de esas personas excepcionales que la vida pone en tu camino, quien despertó en mi el interés por recuperar mi pasado, no tan lejano, en tierras Ceutíes.

Fue él quien me animó, aún sin saberlo, a iniciar esa serie de relatos, los cuentos de África, que han despertado en mi la nostalgia de un tiempo que, sin quererlo, marcó en mí la forma de ver las cosas.

Un antes y un después, un punto de inflexión vital que, creo, me convirtió en la persona que hoy soy, dejando atrás a un desconocido, al que a veces repudio, por no haber sabido comprender a tiempo los verdaderos valores de la vida, la familia, la amistad y el compromiso.

No voy a hacer alabanza gratuita de un servicio militar que sigo pensando robaba la juventud a muchos jóvenes privándoles de su libertad por nada a cambio.

Sin embargo, para mí, dada la situación en que me encontraba cuando me fui a Ceuta, descrita ya en el cuento de la Bella Fatiha, se convirtió en ese resorte necesario para despertar de la hipnosis de los cánticos de sirena y volver a una vida que nunca debí haber abandonado.

Hoy se ha movido la tercera pieza del dominó, la cuarta contando conmigo. Jose Luis Romero, "el catalán", ha vuelto a aparecer en mi vida gracias a Soltero. Romero pertenecía a un reemplazo anterior y el tiempo junto a él fue menor que con Juanmi, pero no así las aventuras vividas ni los sueños compartidos.



A la izquierda J.L. Romero a la derecha J.M. Soltero y en el centro Nuño de la Rosa

Son muchas las vivencias que compartimos en aquellas habitaciones, en aquel suelo africano que hoy recordamos con nostalgia. Muchas noches de chistes en la oscuridad, de fiesta por las calles de Ceuta, de jamón y aceitunas, de partidos en la play, de confidencias, de ilusiones...

Hoy me los encuentro casados, con su vida hecha. Uno es padre, el otro está a punto de serlo, y he vuelto a compartir sus ilusiones.

Espero que, a partir de ahora, por mucho tiempo.




Sigue creciendo



Ya son algo más de 8 mms, pero una inmensidad de ilusión. Sigue siendo un puntito, cada vez mas grande, pero ya es un pulso, un golpecito cadencial que estremece.

No lo he escuchado aún. Sólo Javi y Noelia han tenido la oportunidad de hacerlo, pero me lo han transmitido con tanta emoción que desde hace horas siento que mi corazón vibra a otro pulso, al compás del de ese niño o esa niña que cada día va creciendo a la par que nuestras ilusiones.

miércoles, 7 de enero de 2009

Serendipia literaria

Una serendipia literaria es una casualidad resultante de algo escrito previamente o que se predice en un relato y finalmente sucede de forma aproximada. Así, es famosa la serendipia del libro Futilithy, en el que se narra como un barco llamado Titan naufraga.

Dicho libro fue escrito en 1898, 14 años antes del naufragio del Titanic, y las coincidencias son asombrosas. De entrada, el nombre de ambos barcos, el hecho de hundirse ambos en su viaje inaugural. Sus dimensiones similares (75000 toneladas y 66000, 243 m de eslora y 268) o el apellido del capitán en ambos casos (Smith)

Ayer, ultimando los detalles del cuento de la bella Fatiha fui testigo de una de estas serendipias o casualidades. Al mencionar en uno de sus capítulos a mi viejo y gran amigo y compañero de batallas, Juan Miguel Soltero, intenté buscarlo por internet para recuperar el contacto perdido.

Si he de decir la verdad había olvidado su segundo apellido, Vázquez, con lo que la búsqueda era aún más complicada y las referencias en google eran miles, ya que me aparecían más Solteros por su condición de célibes que por apellido.

Lo intenté a través del tuenti y no me encontró a nadie con ese nombre y apellido. Probé en el facebook y aunque el resultado de la búsqueda fue muy amplio, la hace por aproximación, encontré tan solo un Juan Miguel Soltero, de segundo apellido López.

No recordaba el apellido de Juanmi, como he dicho antes, pero si estaba seguro de algo es que no era López. No obstante, y no sé por qué, le di a agregar como amigo.

Cinco minutos después me llegó el siguiente mensaje:

"Yo soy el padre de Juanmi su direccion es *********@hotmail.com"

Y en su facebook había una foto mía junto a Juanmi en Ceuta.

Inmediatamente agregué a Juanmi en el messenger y le envié un mensaje de saludo. Luego comprobé que el facebook de su padre se había creado tan solo unas horas antes de que yo lo buscase.

¿casualidad? ¿destino?

No sé. Prefiero llamarlo fortuna.

La fortuna de haberme reencontrado con un amigo de verdad, con quien hoy, siete años después del último encuentro, he tenido la oportunidad de volver a hablar.

Espero que ahora no volvamos a perder el contacto que hemos recuperado gracias a un cuento e internet.

domingo, 4 de enero de 2009

Es mi barco mi tesoro....



Jose nunca parará de sorprenderme. Cuando a veces necesitas un reencuentro contigo mismo, con las pequeñas cosas que te han ido costruyendo desde niño, llega él y te presenta. Llega y te dice, Juan Carlos, te presento a Juan Carlos. Pero no con esas palabras sino con un gesto, una mirada, una poesía, una canción, un libro, una película o un vídeo.

Hoy me ha descubierto navegando en mi velero bergantín. Hacía posiblemente años que no escuchaba entero este poema y seguro que nunca lo había hecho de esta manera tan particular. Hacía mucho que había dejado a Espronceda durmiendo en una estantería, espero que no sea alérgico al polvo, y hoy, de nuevo Jose, me ha sacado a pasear, con diez cañones por banda.

viernes, 2 de enero de 2009

Un puntito


No me canso de mirarlo. Ahora es tan solo un puntito. Una pequeña luz blanca en un fondo gris y negro. Cualquiera al verlo podría decir que es un sol en una borrasca, o la clásica luz al fin del túnel. Pero no. Es mi sobrino o sobrina.

Es Sandra o Alejandro, dependiendo de lo que sea, y sí, es una luz, pero no al final de un túnel, sino al principio de una ilusión, y también es un sol, pero no en una borrasca sino en una suave corriente de emoción, paz y felicidad.

Ahora es tan solo un pequeño puntito en una fotografía en blanco y negro, pero ya es una pincelada de color en un lienzo en el que todos queremos dibujar, plasmar nuestra alegría.

Son los primeros 16 milímetros (creo) de un infinito de satisfacción, de un camino de esperanza, de un mundo de ilusión.

Son los primeros compases de una nana, de una canción infantil, y estas, mis primeras palabras de felicitación para los próximos padres y las primeras de calor para mi sobrino/a, para mi ahijado/a.

Felicidades, os quiero a los tres.

jueves, 1 de enero de 2009

Felicidad

Reviso segundo a segundo los 3 últimos días y descubro, en cada uno de esos instantes, la felicidad.

Esta misma mañana hablaba con Gema sobre este sentimiento, la felicidad, y le explicaba que, para mí, es el estado por defecto del ser humano, pero que son luego nuestras imperfecciones, y nuestras ganas por complicarnos la vida, quienes la alteran cayendo en el desánimo, la angustia, la depresión...

Estos 3 días han sido el preludio de un año prometedor, lleno de ilusiones que podré compartir con mis hermanos y amigos, y en el que irremisiblemente sólo podré ser feliz pues sé que ellos lo serán.

Por orden cronológico, que no de importancia, pues sería incapaz de cuantificar lo que para mi significa cada uno de estos momentos, este año, mi hermano Iván me dará la oportunidad de usar mis humildes palabras para oficializar una relación que nació bajo mi mirada, y que ha ido creciendo hasta convertirse en una unidad indivisible, compuesta por dos todos inigualables.

El 25 de julio tendré la oportunidad de compartir con Iván y Patricia el momento más importante de sus vidas y el hecho de que cuenten conmigo para ello lo hace uno de los más importantes de la mía.

Un mes después, aproximadamente, la felicidad regresará, nunca se habrá ido, de la mano de otro de mis hermanos. Otra relación que nació bajo mi mirada y que he visto crecer y consolidarse dará su primer fruto en la persona de Sandra o Alejandro, según sea niña o niño, mi primer sobrino, y además ahijado.

El anuncio de su gestación no pudo llegar en mejor momento, una fiesta que para mí significaba tanto y en la que tanto me demostraron, delante de las personas que quiero y que me gustaría que estuvieran ahí en todos esos momentos especiales, para poderlos compartir con ellos como sucedió con este anuncio.

Hoy sigo emocionándome con los instantes vividos en estos días. Sigo pensando en el futuro halagueño que presenta este prometedor 2009, pero también en el pasado inmediato de un 2008 que se ha cerrado de la mejor manera posible. Sigo llorando emocionado cada instante de estos días, sobre todo, los de esa fiesta, en la que estaban casi todas las personas que quiero y a las que tengo que agradecer que, pese a mis debilidades, sigan siendo mis amigos y acudan a una llamada como hicieron.

Gracias a:

Javi, Noelia, Raúl, Raquel, Iván, Patricia, Mamen, Mario, Jose, Rober, Cristina, Jordi, Victor, Lidia, Cuky, Carlos, Naiara, Sera, Edu, Killo, Juanjo, Gabi, Gema, Ana, Ramiro, Carmen, Rubén y especialmente, aunque solo estuviera unos minutos, Elena.

sábado, 20 de diciembre de 2008

Dedicado a Cuky

Había una vez una mariposa que, por avatares del destino, se había criado entre polillas, esas mariposas marrones, feas y zumbonas, que tanto molestan en verano.



Como solo había visto polillas en su vida, se creía una de ellas y asimilaba su vida como la de un vulgar insecto, aspirando tan solo a no morir contra una bombilla, y aparearse con uno de aquellos asquerosos lepidópteros que, aún sabiendo de su belleza, se la ocultaban para poder apovecharse de ella.

Más de una vez se vió reflejada en un espejo, pero pensaba que aquella bella imagen pertenecía a un mundo exterior detrás de un cristal infranqueable.




Un día, cansada, intentó traspasarlo con tanta fuerza que lo rompió en mil pedazos, viendo como aquella bella mariposa a la que envidiaba desde pequeña se multiplicaba por otras tantas como pedazos se hizo el cristal.

Fue cuando se dió cuenta, de que no solo era bella, sino de que cuanto más se esforzara, más conseguiría demostrar su auténtica belleza.





miércoles, 10 de diciembre de 2008

Feliz Navidad



Este año no sé si decoraré la caverna. Los cambios realizados el año pasado me hicieron perder algunos de los recursos del blog, que aún no he recuperado, y no me gustaría que pasara con los actuales.

No obstante todos sabéis que soy bastante navideño, así que no quería dejar pasar la oportunidad de engalanar esto, aunque fuera un poquito, con alguna imagen que conmemore estas fiestas. Este año he decidido darle la oportunidad al gordo de rojo y esta foto entrañable con la que aprovecho para felicitar las fiestas a todos, estéis dónde estéis.

A los mios que están cerca, aunque algunos tengan que ir y venir de Mérida para estar con ellos, a los que están un poco menos cerca, Madrid, Barcelona, Bilbao, Salamanca,... a los que se van fuera, Jerez, los Alpes,... a los que volverán para las fiestas y a los que deambulan por el mundo, rumbo a Lima, por ejemplo. A los de siempre, a los de hace poco, a los más nuevos y sobre todo a mis nuevas ilusiones.

A todos ellos.

Feliz Navidad y Próspero año nuevo.

(Al final he conseguido decorar esto sin armar ningún estropicio)

martes, 9 de diciembre de 2008

Me va a llamar.....


Monologo actor cine first team oct '08, Chus De Castro from First Team on Vimeo.

A mi también me va a llamar (otra vez, ya lo hizo anoche), seguro....


Felicidades Chus (Mariaje), ¡estás genial!

domingo, 7 de diciembre de 2008

Mi mejor regalo

Supongo que cuando esta entrada salga publicada, la dejo programada para las 22,30 de esta noche, estaremos en los postres y brindis de la cena. No sé aún el sitio, cualquier restaurante de Madrid, ni el menú, ni me importa, ya que lo importante es la compañía y a ellos va dedicado este post.

Hace poco más de un año, tan solo dos días más, envolvía con meticulosidad un paquete en el que guardaba el mejor regalo que se me ocurría que podía hacer, la amistad.

En un CD, en una carátula, había reflejado, con la ayuda de los hasta entonces unos desconocidos para mi, el mayor sentimiento que podía albergar. Los deseos de felicidad de un grupo de personas, desperdigados por la geografía nacional, que se habían congregado para reunir, en aquel círculo plateado, todos sus sueños, ilusiones, besos y abrazos y trasladarselos a una persona única, especial.

En aquel momento no era consciente, pero hoy reviso aquellas palabras, aquellas fotografías, y aquellas canciones, y encuentro a las personas que lo hicieron posible, y soy yo el que desenvuelve, con ilusión, cada pliegue de estos 367 días para recibir mi mejor regalo.

En él descubro a Edu. Pertinaz, luchador, capaz, constante, ansioso por superarse cada día y vencer las adversidades, un auténtico gladiador del siglo XXI, y recuerdo los largos chats con él, su accidente de moto, y aquellos insignificantes y tópicos ánimos que yo podía ofrecerle y a los que él respondía con el coraje y tenacidad que a mi me faltaban. Le debo las fuerzas que supo contagiarme, la ilusión por avanzar cada día que supo inyectarme y el afán de superación que demuestra con la estrella que luce en su hombro y que nos ilumina el camino de la lucha.



Sigo desenvolviendo y encuentro a Naiara. Todo sentimiento y emoción. Un torrente de emotividad, capacidad de comprensión, sensibilidad y ternura. Una voz dulce y un oído paciente. Un hombro en el que llorar y una lágrima que apaciguar. Un abrazo en la distancia. Recuerdo interminables conversaciones. Cientos de rodeos a un mismo tema. Consuelo a mis palabras, palabras a mis consuelos. Empatía emocional y sabios consejos que ninguna de las dos partes aplica. Tengos para mis vendos y vendos para mis tengos.



Más adentro está Carlos. Coherencia, sinceridad. Silencios que dicen mucho y abrazos que resumen todo. Largas charlas que hablan de lo que no dicen y dicen lo que no hablan, y guardan en una pausa el sentido de la amistad. Fidelidad, lealtad. Sultán de un harem de sentimientos y banda sonora de la emoción. Una llamada con una canción que esconde una lección. Maestro sin pizarra, lecciones que se apuntan en el corazón. Miradas que dan sentido a la palabra amigo.


Y ya en el centro del paquete, protegida por todos, el regalo más preciado, Helena. Una hermana pequeña con consejos de madre y memoria de abuela. Bondad, entrega, dedicación, compromiso, sensibilidad, alegría. Imprescindible, adictiva, necesaria, vital. Un buenos días cada mañana un beso de buenas noches para dormir. Cercana, espontánea, vivaz, rumbosa. Madurez en la palabra más ingenua, ingenuidad en el gesto más maduro. Capaz de abarcar tantos sentimientos que a veces lo olvida.


Faltan invitados a la cena, pero también me faltan aún canciones por escuchar.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Felicidades


Este año sí hay velas

No debería hacerlo y habrá muchos que no lo entiendan. Pero quiero felicitarte públicamente y que todos lo sepan. Quiero felicitarte por este cuarto de siglo. Por estos 25 años de madurez. Por estos 5 lustros de objetivos realizados, sueños vividos e ilusiones por vivir. Por este aniversario de felicidad y celebraciones.

Feliz 25 aniversario... estatuto de autonomía!

jueves, 4 de diciembre de 2008

Reflexión sobre la soledad:

Este mismo texto lo escribí hace unos meses y tuve que borrarlo porque motivó un efecto que aún hoy perdura pues no se entendió en su contexto. Hoy, que creo haber encontrado vacuna para esta enfermedad, pero que una amiga empieza a evidenciar sus síntomas, lo repito para que todos la covenzáis de que no tengo razón:



"A veces somos tan ilusos de pensar que hemos encontrado la felicidad. Que esta se encierra en una palabra, en una mirada, en un gesto correspondido, e incluso puede hallar su máximo estado en un beso, una caricia o hasta una noche de pasión.

Pero no es cierto. La felicidad real se encuentra en la persona, y todos esos gestos, sin su continente, se quedan en un pasaje efímero, que no podemos llamar felicidad porque precede a la amargura e incluso la desesperación.

Durante años, la sociedad en que vivimos trata de inculcarnos una serie de valores que, por arraigados, achacamos a la propia naturaleza, como puede ser, por ejemplo, la vida en pareja. Nuestra sociedad nos condiciona para compartir la vida, llegando incluso a marginar a aquellos que no lo hacen, con despectivos calificativos (solterón, cuarentón, que se te pasa el arroz, te quedas para vestir santos...) que, aunque con el tiempo se van normalizando, siguen definiendo a un grupo residual que no se ha adaptado a las normas sociales establecidas.

Sin embargo, los miembros de este grupo sectario terminan aceptando su condición, a veces establecida de nacimiento, e incluso llegan a afirmar que es propia elección, que han encontrado la situación ideal o, incluso, en un alarde de autodefensa, que son tan especiales que no encuentran la pareja ideal.

Todos estos mecanismos no son sino máscaras para afrontar esa marginalidad con un mínimo de dignidad que, en la soledad de la noche, se vuelven en contra, desequilibrando su estabilidad emocional y distanciándole, aún más, de los estándares sociales.

La vana lucha por la normalización le permite, de vez en cuando, algún escarceo sentimental, e ilusionarse con esa posible “vida normal”, compartida y bendecida por la sociedad. Sin embargo, el celibato es, por líneas generales, una enfermedad endémica, y cogénita, con la que se nace y no tiene curación ni tratamiento, aunque fuera paliativo. No la cubre la seguridad social y, aunque debiera, tampoco se incluye entre las enfermedades mentales que recomiendan el ingreso en un sanatorio. (Eufemismo de manicomio)

Conscientes aún de su destino, existe un pequeño grupo dentro de este sector desarraigado, que intenta luchar contra su afección y busca, siempre en la persona equivocada, la dualidad que le permita escindirse de tan desarrapada caterva. Esto es, se enamora perdidamente de quien no debe, creyendo haber encontrado el remedio a su achaque.

Sin embargo, y aunque a veces los síntomas parezcan remitir, al poco tiempo la enfermedad reaparece, enquistada y más dolorosa, reforzando sus inseguridades e incrementando y fortaleciendo las máscaras antes mencionadas.

Cuando aparece ese binomio el individuo es capaz de convencerse, sin querer, de que su celibato podía ser efecto del propio destino, que le había reservado hasta encontrarlo, un por fin, final feliz.

Sin embargo, cuando este presunto amor se aleja lentamente, devolviendo al soltero a su condición inicial, la enfermedad metastasia y hasta los huesos duelen al ver que nunca podrá compartir esa vida común con que sueña cada día.

Tiene que resignarse a su enfermedad solitaria, a su cama vacía, sus labios fríos, sus brazos rodeando una almohada que un día tuvo dos formas y a sus ojos perdidos en la oscuridad, buscando los que un día les miraron cómplices y ahora rehúyen su mirada."

Ahora, que el mundo avanza tan deprisa y que casi cualquier enfermedad tiene curación, creo haber encontrado la pócima mágica para combatir esta afección.

Póngase un poco de poesía, varias gotas de autoestima, mucho cariño, un par de miradas, una voz dulce, una gran dosis de sinceridad y apliquensé con fricción en la persona adecuada.

Yo me he bañado en la marmita y espero que me funcione.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Palabras


Siempre he presumido de tener palabras para todo. Tonto de mí y engreído. Siempre he buscado la palabra precisa en el momento oportuno y he creído tenerla. Tonto de mí y engreído.

Hoy me ha hecho falta una palabra. Sólo una. Y no la he encontrado. Una palabra de ánimo, de consuelo, de amistad, y no me ha salido.

He querido dar un abrazo con una palabra y me ha faltado su calor. He querido ofrecer una mirada con una palabra y me ha faltado su sinceridad. He querido estrechar una mano con una palabra y me ha faltado su ternura. He querido compartir una lágrima y me ha faltado su emoción.

He querido decirle a Miguel cuanto lo siento y me han faltado todas esas palabras. Espero que sepa entender mi ignorancia.