domingo, 7 de diciembre de 2008

Mi mejor regalo

Supongo que cuando esta entrada salga publicada, la dejo programada para las 22,30 de esta noche, estaremos en los postres y brindis de la cena. No sé aún el sitio, cualquier restaurante de Madrid, ni el menú, ni me importa, ya que lo importante es la compañía y a ellos va dedicado este post.

Hace poco más de un año, tan solo dos días más, envolvía con meticulosidad un paquete en el que guardaba el mejor regalo que se me ocurría que podía hacer, la amistad.

En un CD, en una carátula, había reflejado, con la ayuda de los hasta entonces unos desconocidos para mi, el mayor sentimiento que podía albergar. Los deseos de felicidad de un grupo de personas, desperdigados por la geografía nacional, que se habían congregado para reunir, en aquel círculo plateado, todos sus sueños, ilusiones, besos y abrazos y trasladarselos a una persona única, especial.

En aquel momento no era consciente, pero hoy reviso aquellas palabras, aquellas fotografías, y aquellas canciones, y encuentro a las personas que lo hicieron posible, y soy yo el que desenvuelve, con ilusión, cada pliegue de estos 367 días para recibir mi mejor regalo.

En él descubro a Edu. Pertinaz, luchador, capaz, constante, ansioso por superarse cada día y vencer las adversidades, un auténtico gladiador del siglo XXI, y recuerdo los largos chats con él, su accidente de moto, y aquellos insignificantes y tópicos ánimos que yo podía ofrecerle y a los que él respondía con el coraje y tenacidad que a mi me faltaban. Le debo las fuerzas que supo contagiarme, la ilusión por avanzar cada día que supo inyectarme y el afán de superación que demuestra con la estrella que luce en su hombro y que nos ilumina el camino de la lucha.



Sigo desenvolviendo y encuentro a Naiara. Todo sentimiento y emoción. Un torrente de emotividad, capacidad de comprensión, sensibilidad y ternura. Una voz dulce y un oído paciente. Un hombro en el que llorar y una lágrima que apaciguar. Un abrazo en la distancia. Recuerdo interminables conversaciones. Cientos de rodeos a un mismo tema. Consuelo a mis palabras, palabras a mis consuelos. Empatía emocional y sabios consejos que ninguna de las dos partes aplica. Tengos para mis vendos y vendos para mis tengos.



Más adentro está Carlos. Coherencia, sinceridad. Silencios que dicen mucho y abrazos que resumen todo. Largas charlas que hablan de lo que no dicen y dicen lo que no hablan, y guardan en una pausa el sentido de la amistad. Fidelidad, lealtad. Sultán de un harem de sentimientos y banda sonora de la emoción. Una llamada con una canción que esconde una lección. Maestro sin pizarra, lecciones que se apuntan en el corazón. Miradas que dan sentido a la palabra amigo.


Y ya en el centro del paquete, protegida por todos, el regalo más preciado, Helena. Una hermana pequeña con consejos de madre y memoria de abuela. Bondad, entrega, dedicación, compromiso, sensibilidad, alegría. Imprescindible, adictiva, necesaria, vital. Un buenos días cada mañana un beso de buenas noches para dormir. Cercana, espontánea, vivaz, rumbosa. Madurez en la palabra más ingenua, ingenuidad en el gesto más maduro. Capaz de abarcar tantos sentimientos que a veces lo olvida.


Faltan invitados a la cena, pero también me faltan aún canciones por escuchar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Solo puedo decirte una palabra, la más sincera

GRACIAS!!!!!!!!!!!

Juan Carlos dijo...

Gracias Cuky a ti, bueno, a vosotros. No tenéis nada que agradecer, sólo escribo lo que siento y sois vosotros/as quienes lo inspiráis.