domingo, 27 de junio de 2010

Momentos 5

Sostenía aún el aldabón en la mano cuando recordó a Raquel.

Se fue a vivir a casa poco antes de que Miguel muriera, y luego se quedó como un miembro más de la familia. Su familia natural le dio la espalda cuando su embarazo empezó a ser evidente y la madre de Miguel no pudo evitar compadecerse de ella por el paralelismo con su propia vida.

Fue su primer amor. Pese a ser la futura madre del que sería su sobrino no pudo evitar enamorarse locamente, más aún cuándo a la muerte de Miguel se mostró como una chica frágil y vulnerable, necesitada de todo tipo de atenciones.

Durante los dos meses restantes de embarazo desde el óbito de Miguel la dispensó cada segundo de su tiempo. Pese a tener tan sólo 13 años, el reciente fallecimiento de su hermano le había proporcionado un repentino golpe de madurez, reflejado en una mirada triste y dura, que nunca le abandonaría, y decidió tomar en única herencia la responsabilidad de cuidar de Raquel y el recién nacido. Con ella descubrió el sexo sin apenas haber cumplido los 14, y de ella probó por primera vez el amargo sabor del desengaño pocos meses después, el día que la vio partir en una caravana con un loco vividor de 40 años que recorría el mundo en busca de aventuras. Nunca más volvió a saber de ella, aunque sistemáticamente la encontrara en cada mujer que amó a partir de entonces.

En casa quedó dolor, silencio, rabia y un bebé de pocos meses que reemplazó, en nombre y atenciones, a su difunto hermano.

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