Mayo. Campanas que suenan en Villanueva. Fuegos artificiales para los Jedes. No se ven, pero se bailan. Fiesta de primavera, inicio de campaña. Elecciones, triunfo expectante, dudas, 10-10-1, no son medidas, no lo habremos hecho tan bien. Un rally de música que sale del corazón, dedicado, una visita. Un libro verde.
Junio. Las ferias. No sé nada de pacto y si lo supiera no te lo diría. Ya lo sé y es a tí a quien te lo digo primero. Decepción comedida que apacigua una cena, unas palabras reconfortantes y un día nuevo, que te devuelve la ilusión por la política. Medio ambiente, en cuatro años a por el otro medio. Noche de San Juan. La felicidad de ver casarse a otro hermano. El segundo. Ridículo en la despedida, emoción en la boda, bailes, saltos, sudor, una ausencia, hoy no importa, pero te recuerdo.
Julio. Vacaciones. O al menos descanso. Tiempo para la familia, los amigos, de nuevo, la reflexión y el espacio, el tiempo, quizás demasiado. Los incendios, manchas negras en el corazón. La impotencia. Xove en Santiago. Viaje de recuerdos de infancia. Catarsis creativa, la caverna está viva.
Agosto. Música, mucha música. Por fin los dos pajarracos, en la compañía que tuvo que ser, el sol que no impidió la lluvia. Nicaragua en el corazón. Barcelona más adentro. Un brazo por encima que marca la distancia, tanta y tan poca. Sigue la catarsis. Hacer peña en Robledillo. 5 locos. Cumpleaños en Falcon Crest. Valcorchero arde y yo lloro. Fiestas del Villar, quizás el último concierto, el resto no fueron mios. Encontrar nuevos amigos.
Septiembre. Nueva andadura. Empieza la liga y la traslado a la tele. Compartir Grada 7. Vuelven los viajes. Sigue la música. Los duendes han crecido y ya no me necesitan, es más, estorbo.
Octubre. Un viaje. El sol, la arena, las moscas, la felicidad. Dos ojos bañados del sol del mediterraneo que no se quieren despedir del verano. Un paseo fugaz por Málaga. No sé restar mi mitad a tu corazón. Ha sido divertido me equivocaría otra vez.
Noviembre. Comienza con fuerza. De nuevo Robledillo. Un pueblo lleno de tradiciones. Coches, gentes, la mejor compañía, amigos y familia, siguen ahí. El sol de noviembre nos abraza en un paseo por las típicas calles, con los típicos coches, y las típicas gentes. La foto en la típica escalinata de la típica iglesia. Un viaje a Bilbao. Un fin de semana inolvidable. Iba a ser un día y casi no llego al partido. Nuevas estancias en mi corazón. Sobre todo una pequeñita para unos ojos tristes pero vivaces. Otro cumpleaños, este termina en la bodega. Tranquilidad.
Diciembre. La ilusión puesta en regalar la amistad, en devolver la sonrisa, en ganar además nuevos amigos. Graduados en un master y engalanados para la ocasión. Cenas y comidas con la gente que quiero. Echar de menos. Cerrar el año con felicidad.
5 comentarios:
Y, además, me conociste. Qué más quieres... xD
GRACIAS, veo que he entrado en tus recuerdos, eso me reconforta y me hace más feliz!. Tú también estas en los mios, y ojalá que por mucho tiempo. Espero que en el 2008, tengas más frases para mí!!, eso será una buena señal.
Muchos Besos!
CukY
Vaya si ha debido ser un año raro porque yo no me he enterado de nada...
Feliz 2008!! Siempre para adelante... Y para arriba!!
Mi 2007 es quizá más raro que el tuyo... y no voy a comentar tu texto, porque lo que tu escribas bien escrito está, pero sólo deseo que el 2008 nos devuelva algo de lo perdido y nos descubra algo de lo buscado... por ejemplo, un tercer poemario, un viaje a Argentina, un regreso a Robledillo...
Salud y felicidad, hermano!!
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