viernes, 15 de febrero de 2008

Ausentes

Ella
Ha pasado a mi lado y no me ha dicho nada. Es imposible que no me haya visto. Era el pasillo de casa. Pese a la discusión de anoche he intentado saludarle. Iba con la mirada vacía y nisiquiera me ha mirado. Sus ojos reflejaban tristeza, quizás culpabilidad. Será por eso que no me ha mirado. Estará arrepentido, otra vez.



Iba como una sombra. Con la cabeza agachada, temblaba, y en su frente una gota de sudor indicaba que no estaba bien. He intentado preguntarle, interesarme por su salud, pero no me ha escuchado. Ha seguido andando ignorando mi presencia. No ha debido dormir. Yo no recuerdo si lo hice, quizás unos minutos.

Su camisa seguía manchada. Daba vueltas por la casa, nervioso. Nos hemos cruzado varias veces y no me ha dicho nada. Se le pasará y volverá a ser el hombe amable del que me enamoré. Está pasando un mal momento. El trabajo, la hipoteca, la avería del coche y la niña que apenas nos deja dormir. Es un hombre bueno pero a veces la tensión le supera.



Me han dicho mil veces que le denuncie, que coja a la niña y me vaya, pero no puedo. Sé que cuando todo esto pase volverá a ser el hombre amable del que me enamoré. Ayer fue la última vez que lo hablé con mi madre. Decidí darle otra oportunidad. Sé que es un hombre bueno. Aún guardo los poemas que me escribió cuando eramos novios. Era tan atento. No ha vuelto a escribir, no tiene tiempo, pero a menudo me repite que me quiere. Siempre después de una discusión.

Él

No sé que hacer. Ayer se me fue de las manos. Fue una discusión más violenta de lo habitual, y ahora yace en una esquina del salón. No me he atrevido a mirar. No sé si vive.

Yo la quiero. Sólo sé que la quiero. Llevo horas vagando por la casa incapaz de conciliar el sueño. No sé por qué lo hago. Es algo irreflexivo. Debería haberla dejado ir, hace tiempo, para no hacerle daño, pero no puedo vivir sin ella, ni entendería que ella hiciese la vida sin mi. No sería capaz. He sentido un escalofrío. Me ha parecido verla cruzarse conmigo por el pasillo como cada mañana. Pero no, es imposible, sigue echa un ovillo en el salón desde anoche.

El periódico.


Nueva víctima de violencia de género. Mata a su mujer a golpes y se arroja desde el balcón.



1 comentario:

Luc, Tupp and Cool dijo...

Juan Carlos, me ha emocionado leer esta entrada.

La forma en que está escrita, por sí sola, ya merecere interés, porque es muy bella. Pero, además, es el fondo.

El maltrato sigue siendo un tema tabú, del que a veces resulta políticamente incorrecto hablar, o no conviene preguntar, o es mejor obviar.

A mí es un tema que me indigna y me preocupa. Sé que a todos, sí, claro. Pero me ha gustado ver que hay alguien que se enfrenta directamente a él y, además, lo hace así.

(No todos los maltratadores, creo, tendrán ese complejo de culpa como el que tiene el de tú relato. Otros -ni más ni menos peligrosos que éste- no logran verla a "ella". Cuando la miran, lo que ven es una cosa que les pertenece).