Alternas tu sonrisa tentadora con un mohín de rechazo, tu invitación a tomarte con tu mirada huidiza, tu ven con un vete, y tu abrazo con kilómetros de espacio.
Pero tú eres esas contrariedades, y esos gestos tan tuyos que te definen y te poseen.
Tú eres eso, y no lo que otros han dibujado o previsto para tí.
Eres fuego de artificio, belleza en aire pero encerrada solo estropicio.
Eres un grito de libertad en el campo, un chillido en tu cuarto.
Que no te encierren las paredes, ni las de ladrillo que delimitan tu casa, ni las mentales que delimitan tu libertad, ni las personales que delimitan tu ser.
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