Guarda en sus cabellos los tímidos rayos del sol de junio, en sus ojos la tierra que me soporta. En su amplia mirada una aureola que abraza la mía, la rodea sin ofrecer escape.
La fina sonrisa de una pincelada breve, pero alegre, de un pintor que recuperó sus acuarelas en los hoyuelos que se le forman al reir. Perfecta, de un nácar brillante que regala la pícara ingenuidad de su juventud.
En sus hombros desnudos la suave almohada en la que reposar mis sueños y en sus breves senos el horizonte de un paisaje de Jean Baptiste Corot.
1 comentario:
Huelga desconvocada, carvernícola inspirada!!!
De nuevo nos devuelves las sonrisa, la alegría y las ganas de seguir, con estos versos!!!!
QUe viva la ilusión!!
yo quiero más, más, maaaaaaaaás!!!
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