Quise actualizar anoche, cuando llegué a casa, porque sabía lo que iba a suceder, pero el sueño me pudo y al final soy el último en hablar sobre el tema del día.
Paseando por mis blogs favoritos me he encontrado con que todos cuantos estuvieron ayer en Cáceres han coincidido en sus entradas del día, y es que el evento lo merece.
Era mi segundo intento. El primero, frustrado, empezó con un hueco en mi coche, y acabó con un vacío en mi corazón, un roto en mi bolsillo y un agujero en el recuerdo, que fui llenando de añoranzas que podéis compartir en este blog.
No era un buen momento. Alguien, con demasiado conocimiento de causa, me dijo ayer que aquel no era nuestro concierto, y que incluso aquellas nubes quisieron borrar el rastro de unas lágrimas que no debieron haberse derramado, pero que hoy siguen fluyendo pese a que al final ayer compartieramos un sin embargo, con mi cabeza recostada sobre el hombro de la luna, cuando podía haberme puesto digno y decir....
Ayer se cerró el círculo. Estaban las personas justas, el ambiente preciso, las canciones adecuadas... y la prueba de que aquel día no solo nos separaban 700 kilómetros. A su lado, la distancia era la misma.
1 comentario:
Es tan corto el amor y tan largo el olvido... (Neruda también es un cabrón).
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