Aparecen de repente y nadie sabe cómo llegaron allí. Se arremolinan bajo la cama, en forma de pelusas. Unas grandes, que incluso adquieren formas sugerentes y otras, más pequeñas, que apenas tuvieron tiempo para formarse.
Son nuestros sueños más rodados, que por su peso caen bajo la cama. Esos sueños recurrentes que cada noche regresan a la cama, para apoderarse de nuestros pensamientos nocturnos. Las grandes, bien formadas y redondeadas, son esos sueños reiterados, esas secuencias, que sin saber bien por qué se repiten noche a noche y a las que no damos explicación. Pueden ser pesadillas, que forman pelusas oscuras y rebeldes, a las que nunca llega el cepillo, y pueden ser blanquecinas y suaves, como las que forman los sueños de infancia.
Las más pequeñas suelen ser sueños lascivos y acostumbran a venir acompañadas de una polución nocturna, de una pequeña mancha en las sábanas. Suelen tener cuerpos de personalidades del celuloide o la canción y se suceden sin orden alguno. Otras solo tienen rostro, son también pequeñas, diminutas. Tanto unas como otras vuelan al abrir la ventana, o son las primeras en ser engullidas por la aspiradora.
Luego está la reina pelusa, una grande, suave, pero dificil de alcanzar, suele trenzarse a las patas traseras de la cama, justo debajo de la almohada. Debe dormir siempre bajo el embozo de las sábanas y apenas si cae al peso para aferrarse a la pata más cercana. Si intentamos alcanzarla la defiende la misma cama, los hierros del somier se clavan en nuestra espalda y un afilado muelle nos araña el omoplato. Apenas la rozamos con los dedos parece contraerse, casi desaparecer. Si movemos la cama se esconde bajo las mantas y aparece al día siguiente, de nuevo majestuosa, suave, abrazada a la pata, aferrada a nuestros sueños.
Esa es la única que tiene nombre.
Son nuestros sueños más rodados, que por su peso caen bajo la cama. Esos sueños recurrentes que cada noche regresan a la cama, para apoderarse de nuestros pensamientos nocturnos. Las grandes, bien formadas y redondeadas, son esos sueños reiterados, esas secuencias, que sin saber bien por qué se repiten noche a noche y a las que no damos explicación. Pueden ser pesadillas, que forman pelusas oscuras y rebeldes, a las que nunca llega el cepillo, y pueden ser blanquecinas y suaves, como las que forman los sueños de infancia.
Las más pequeñas suelen ser sueños lascivos y acostumbran a venir acompañadas de una polución nocturna, de una pequeña mancha en las sábanas. Suelen tener cuerpos de personalidades del celuloide o la canción y se suceden sin orden alguno. Otras solo tienen rostro, son también pequeñas, diminutas. Tanto unas como otras vuelan al abrir la ventana, o son las primeras en ser engullidas por la aspiradora.
Luego está la reina pelusa, una grande, suave, pero dificil de alcanzar, suele trenzarse a las patas traseras de la cama, justo debajo de la almohada. Debe dormir siempre bajo el embozo de las sábanas y apenas si cae al peso para aferrarse a la pata más cercana. Si intentamos alcanzarla la defiende la misma cama, los hierros del somier se clavan en nuestra espalda y un afilado muelle nos araña el omoplato. Apenas la rozamos con los dedos parece contraerse, casi desaparecer. Si movemos la cama se esconde bajo las mantas y aparece al día siguiente, de nuevo majestuosa, suave, abrazada a la pata, aferrada a nuestros sueños.
Esa es la única que tiene nombre.
Nunca tuvo nombre una pelusa
olvidaste el mío en tus secretos
elegí el tuyo para ella
lloré en su bautizo
imaginé que eras tú
amaneció de nuevo al dia siguiente.
(Actualización 23 de agosto)
5 comentarios:
qué bonitos haces que sean los sueños carlos :)
Osea, que dicen en mi pueblo, que cuanto más guarro es uno más sueños tiene. Eso no va a poder ser querido Corx.
Un abrazo. Y limpia, fija y da esplendor (esto me suena de algo, pero ahora no caigo) a tu vida.
¿Obsesión?
Sí hija, sí, ya ves, a mi edad y obsesionado. Lo que hace el amor...
he decidido tener pelusas en vez de sueños¡¡¡¡¡ ahroa cuando me acueste miraré cuantas tengo espeor que sea de las pequeñitas, ji ji j iij
Publicar un comentario